
Facturas incluidas en la comunidad, cómo se cobran en pisos alquilados
Habitualmente, las facturas en propiedades en alquiler se gestionan a nombre de los inquilinos, que son los que realizan los pagos, sin embargo, en algunas circunstancias existen facturas que se incluyen en los pagos de la comunidad, que corresponde a propietarias y propietarios. En estas situaciones es imprescindible llegar a un acuerdo, que se refleje en el contrato.
Las facturas incluidas en los pagos de la comunidad
Incluir la calefacción y el agua en las facturas de la comunidad ofrece numerosas ventajas para los residentes. Cuando la calefacción está incluida, este sistema puede ser más eficiente y económico, ya que optimiza el uso de energía para todo el edificio, generando tarifas más bajas y estables. Además, facilita la planificación presupuestaria, permitiendo a los residentes saber exactamente cuánto pagarán cada mes por este servicio esencial.
Incluir el agua en las facturas comunitarias también aporta beneficios significativos. En esta ocasión, los propietarios no tienen que gestionar la contratación y el mantenimiento, es la propia comunidad quien se encarga, domiciliando además los pagos en la factura de la comunidad.
La inclusión de la calefacción y el agua en las facturas de la comunidad simplifica los pagos mensuales, sin embargo, en casos en los que la vivienda está alquilada, puede suponer un problema a resolver.
Facturas incluidas en la comunidad, tres soluciones posibles
Es posible optar por tres soluciones distintas, en casos en los que una o varias facturas se incluyen en los pagos mensuales de la comunidad.
Propietarios pagan comunidad y facturas
En algunos contratos de alquiler, los propietarios asumen la responsabilidad de pagar tanto la comunidad como las facturas de servicios básicos como la calefacción, el agua, la electricidad o el gas. Los propietarios suelen incluir estos gastos en el precio del alquiler, lo que significa que el alquiler mensual puede ser más alto, pero proporciona una mayor tranquilidad para el inquilino.
Desde el punto de vista del propietario, asumir estos costes permite mantener un control sobre el mantenimiento y el uso eficiente de los servicios. También puede servir como un atractivo adicional para potenciales inquilinos, especialmente aquellos que buscan simplicidad en la gestión de su alquiler. No obstante, los propietarios deben estar atentos a los hábitos de consumo de los inquilinos para evitar gastos excesivos que puedan impactar negativamente en sus propios ingresos.
Inquilino paga facturas y comunidad
En otra circunstancia, los inquilinos pagan tanto la comunidad como las facturas de servicios básicos. Este modelo es beneficioso para los propietarios y propietarias, ya que elimina la responsabilidad de gestionar los pagos mensuales de servicios y evita la necesidad de ajustar el alquiler en función de los costes fluctuantes de energía y agua. Los propietarios solo se encargan de recibir el alquiler mensual, mientras que los inquilinos gestionan directamente sus gastos de servicios.
Para los inquilinos, este modelo puede ofrecer una ventaja en términos de costes de alquiler potencialmente más bajos, ya que el alquiler no incluye los gastos adicionales de servicios. Sin embargo, requiere que los inquilinos sean diligentes en el pago de sus facturas mensuales y conscientes de su consumo para evitar pagos elevados.
Además, el hecho de incluir el pago de la comunidad en las facturas, hace que los propietarios se desentiendan de uno de los costes básicos que supone tener un inmueble en propiedad.
Factura separada
En una tercera solución, los propietarios pagan la comunidad, mientras que los inquilinos son responsables de las facturas de servicios básicos como electricidad, agua, gas y calefacción. Este enfoque equilibra las responsabilidades entre ambas partes, permitiendo que los propietarios gestionen el mantenimiento y las mejoras del edificio a través de los costes de comunidad.
Para los propietarios, esta configuración asegura que los gastos relacionados con el mantenimiento del edificio y las áreas comunes se gestionen adecuadamente, mejorando potencialmente el valor de la propiedad a largo plazo.
Para los inquilinos, pagar sus propias facturas de servicios les da control sobre su consumo y la posibilidad de reducir sus costes ajustando sus hábitos de uso, o contratando con compañías más económicas.
Esta solución suele ser beneficiosa para ambas partes, ya que asegura que los propietarios mantengan el control sobre el mantenimiento de la propiedad y las áreas comunes, mientras que los inquilinos gestionan y pagan sus propios gastos de servicios.
Es importante señalar que las tres opciones se contemplan en la Ley de Arrendamientos Urbanos, y por tanto, las tres son legales siempre que se incluyan en el contrato de alquiler.
La importancia de reflejar estos costes en el contrato
Es crucial reflejar claramente en el contrato de alquiler quién es responsable de pagar la comunidad y las facturas de servicios básicos, esto evita malentendidos y conflictos entre propietarios e inquilinos durante la vigencia del contrato. Un contrato bien redactado detalla todas las obligaciones financieras, proporcionando transparencia y seguridad a ambas partes.
Para los inquilinos, conocer sus responsabilidades financieras les permite planificar mejor su presupuesto mensual y asegurarse de que no se enfrentarán a costes inesperados. Esto también ayuda a evitar problemas legales o disputas que puedan surgir, debido a la falta de claridad sobre los pagos.
Para los propietarios y propietarias, especificar estas responsabilidades protege sus intereses y asegura una gestión eficiente de la propiedad. Un contrato claro y detallado es fundamental para mantener una relación de alquiler profesional.
En Zazume colaboramos contigo desde la redacción del contrato, para que todos los aspectos de tu alquiler queden reflejados y, por tanto, sean legales durante el período completo de validez.