Tipos de cédula de habitabilidad

Qué tipos de cédula de habitabilidad se conceden en España

La cédula de habitabilidad es un trámite obligatorio para alquilar una vivienda. En España, este trámite debe ser concedido por un técnico acreditado, que no solo debe conocer los tipos de cédula de habitabilidad vigentes, además es importante que evalúe la propiedad para confirmar que, efectivamente, es apta para residir. 

A continuación, analizamos los tipos de cédula de habitabilidad que existen y su importancia para alquilar una vivienda. 

Qué es una cédula de habitabilidad

Antes de conocer los tipos que existen en la actualidad, vamos a analizar el contenido y el uso de una cédula de habitabilidad.

Las cédulas de habitabilidad, o licencias de habitabilidad, son certificados que confirman el estado general de una vivienda. Este documento incluye información básica acerca de los suministros y las instalaciones de la vivienda, pero lo más importante es que confirman que la casa es habitable, y que cuenta con las condiciones básicas para residir en ella. 

Una vivienda que no tenga los metros cuadrados mínimos, que no disponga de luz o que esté en estado de ruina no puede ser habitada, mediante la cédula de habitabilidad confirmamos que la vivienda está en buenas condiciones, y por tanto los inquilinos pueden residir de manera adecuada. 

Tipos de cédula de habitabilidad en España

Existen tres tipos básicos de cédula de habitabilidad en nuestro país, que se aplican en diferentes situaciones.

Cédula de habitabilidad de primera ocupación

Cuando empezamos a vivir en una casa de primera ocupación, o de obra nueva, damos por hecho que todos los suministros e instalaciones son correctos, y que la estructura es apta para residir en la vivienda, sin embargo, no siempre es así. 

Los fallos constructivos no son comunes, pero pueden aparecer en determinadas situaciones, provocando perjuicios que afecten gravemente a la habitabilidad de la vivienda. En este caso, el técnico encargado de conceder la licencia debe analizar todos los aspectos que influyen en la construcción general de la vivienda, además debe confirmar el alta de todos los suministros. Si la vivienda cuenta con todo lo necesario, el Ayuntamiento concede la licencia al promotor, para que este haga entrega de la vivienda, de lo contrario, se deberán subsanar los fallos constructivos sin que esto suponga un gasto añadido al propietario, por tanto, será la promotora quien deba costear las obras necesarias.

En caso de alquilar a un tercero una vivienda de nueva construcción, también será imprescindible contar con una cédula de habitabilidad que atestigue que la vivienda se encuentra en perfecto estado, y los inquilinos pueden residir con normalidad.

Cédula de habitabilidad por rehabilitación

Una cédula de habitabilidad tiene una vida útil de 15 años, aunque si en este período se ha llevado a cabo una rehabilitación o reforma integral, será necesario solicitar una cédula de habitabilidad por rehabilitación, que acredite que la vivienda es habitable.

La mayoría de las reformas que llevamos a cabo en la vivienda mejoran sus condiciones de habitabilidad, sin embargo, en ocasiones pueden surgir problemas derivados de la propia reforma. Una vez finalizados los trabajos de reforma, el técnico encargado se ocupa de analizar la adecuación de la obra al proyecto original, y además debe comprobar que la casa es habitable. 

Si se hubiera producido un daño estructural, o los abastecimientos no estuvieran disponibles, no se concedería la licencia, y por tanto la casa no podría ser alquilada. 

Cédula de habitabilidad de segunda ocupación

Existe un tercer tipo de cédula de habitabilidad, concedida a viviendas que ya han sido ocupadas anteriormente y que por distintos motivos, deben solicitar una nueva licencia.

Como indicamos anteriormente, la licencia de habitabilidad no es permanente y por tanto, dispone de un período de vigencia que caduca, aproximadamente a los 15 años. Pasado este plazo, la vivienda o el edificio han podido sufrir daños o desperfectos que provoquen dificultades para su habitabilidad, y por tanto será necesario realizar una nueva inspección.

La cédula de segunda ocupación se suele solicitar cuando caduca la licencia vigente, aunque también puede ser necesaria si la vivienda ha sufrido daños. Lo importante es que la propia vivienda cuente con una licencia que acredite que la construcción es segura, y que la casa cuenta con todos los servicios básicos necesarios para vivir con normalidad. 

Quién concede la cédula de habitabilidad

La cédula de habitabilidad la completa un técnico habilitado a tal fin, sin embargo, son las instancias públicas, en este caso los ayuntamientos, quienes confirman la vigencia de este tipo de licencias.

Para disponer de una licencia de habitabilidad, deberemos ponernos en contacto con un técnico capacitado, que llevará a cabo una revisión presencial de la vivienda. Una vez analizada, será la Administración Pública quien se encargue de confirmar la concesión de la cédula de habitabilidad, confirmando que la vivienda está en las condiciones adecuadas. 

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