La calefacción central con contador individual y la normativa actual
La calefacción central con contador individual ha pasado a ser una instalación de obligado cumplimiento, a partir del cambio de Ley. El objetivo general es reducir el gasto en calefacción en comunidades, pero este cambio tiene además otras implicaciones, que pueden ser beneficiosas tanto para propietarios como para inquilinos.
El cambio de ley referido a las calefacciones centrales
El Real Decreto 736/2020, de 4 de agosto, supone un nuevo marco normativo para la regulación del uso de calefacciones centrales en comunidades de vecinos. Se estima que este cambio legal afecta a un millón y medio de viviendas en nuestro país, por tanto, son muchas las personas que ya han tenido que introducir cambios en su calefacción, o tendrán que hacerlo próximamente.
La nueva Ley hace referencia a la obligatoriedad del cambio en viviendas anteriores al año 1998, que dispongan de calefacción centralizada sin contadores individuales. La razón es que los sistemas de calefacción compartidos tienden no solo a ser menos eficientes, sino a generar un uso de la energía poco eficiente.
La razón por la que los edificios construidos con fecha posterior a 1998 no tienen obligación de cambiar los contadores, es debido a que están acogidos al Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios (RITE).
Las excepciones para instalar contadores individuales
La Ley que regula la calefacción central con contador individual contempla varias excepciones:
- Viviendas en los archipiélagos y en general, en zonas calurosas de la Península.
- Cuando la inversión no se recupere en un plazo máximo de 4 años.
- Instalaciones con monotubo de serie.
En estos casos, la comunidad podrá mantener las instalaciones de las que dispone en la actualidad, incluso si la construcción es anterior al año 1998.
Plazos para la instalación de contadores individuales
Además de las condiciones, la Ley también contempla una serie de plazos, con las fechas a partir de las cuales se debe empezar a solicitar la instalación de contadores individuales.
- 1 de febrero de 2021: Edificios de uso diferente a viviendas y en zonas climáticas E, para edificios de más de 20 viviendas.
- 1 de julio de 2021: Edificios en zona climática E en edificios de menos de 20 viviendas y en zona climática D para edificios de 20 o más viviendas.
- 1 de diciembre de 2021: Edificios en zona climática D para edificios de menos de 20 viviendas y en la zona climática C para edificios de menos de 20 viviendas.
- 1 de febrero de 2022: Edificios en zona climática C para edificios de menos de 20 viviendas.
¿Quién debe pagar la reforma de los contadores individuales?
En la mayoría de los casos, el pago de las facturas le corresponde a las personas que viven en la vivienda, por tanto son los inquilinos quienes pagan las facturas, debido a que son ellos quienes hacen uso de las instalaciones.
Sin embargo, todo lo relacionado con el cambio de las instalaciones (luz, gas, agua, etc.), le corresponde a los propietarios, por tanto, son ellos quienes tendrán que pagar los gastos derivados del cambio de instalaciones.
En algunos casos es la propia comunidad quien abona el precio que supone el cambio de las instalaciones. No es obligatorio que cada propietario o propietaria haga frente a los gastos, si la propia comunidad se responsabiliza.
En ningún caso deberán ser los inquilinos quienes deban abonar esta factura, ni se les podrá repercutir el pago en el precio de alquiler.
Nueva factura de la luz
Otra de las implicaciones que tiene la calefacción central con contador individual es el cambio en la facturación. Como indicamos previamente, el fin principal es reducir los consumos excesivos, indicando con detalle el origen de la factura.
Las nuevas facturas tienen dos partes:
- Coste fijo: En esta parte se indican los costes derivados del mantenimiento de las instalaciones, así como el coste de la energía de las zonas comunes.
- Coste variable: El coste variable hace referencia al consumo particular de cada uno y supone un porcentaje medio de un 70 % aproximadamente.
El objetivo es que cada vecino pueda distinguir entre el consumo común y el consumo propio, de esta manera vamos a fomentar un uso más responsable de la energía. También se quiere reducir el derroche de electricidad, en los casos en los que los pagos son comunes y por tanto no existe un incentivo real para realizar un consumo moderado.
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