Alquilar una casa sin contrato

Los riesgos de alquilar una casa sin contrato para propietarios y propietarias

La posibilidad de alquilar una casa sin contrato tiene una serie de consecuencias que pueden ser muy graves para propietarias y propietarios. Es importante formalizar un contrato consensuado con los inquilinos, y que además, se adecúe a las leyes vigentes, de lo contrario, propietarias y propietarios pueden enfrentarse a sanciones que varían dependiendo de la gravedad del caso. 

Las consecuencias de alquilar una casa sin contrato

Inseguridad jurídica

Alquilar una vivienda sin un contrato escrito en España implica una notable falta de seguridad jurídica para ambas partes. Sin un contrato, no existen garantías formales sobre los términos del alquiler, como la duración del alquiler, el importe del alquiler o las condiciones de uso de la propiedad. Esto puede llevar a malentendidos y disputas, ya que cada parte puede tener una percepción diferente de los acuerdos verbales. La ausencia de un documento oficial complica significativamente la resolución de cualquier disputa que surja, ya que no hay evidencia escrita de los términos acordados.

Pérdida de derechos

La falta de un contrato formal significa una menor protección de los derechos de las personas implicadas. Sin un contrato, es más difícil probar la existencia de una relación basada en el alquiler ante la ley. Por ejemplo, el inquilino podría enfrentarse a un desalojo sin el debido preaviso si el propietario decide reclamar repentinamente la propiedad. Además, el inquilino no tendría protección contra incrementos arbitrarios en el alquiler o el deterioro de las condiciones de habitabilidad si no se establecen claramente en un contrato.

Respecto a propietarios y propietarias, carecer de contrato significa tener un inmueble alquilado a merced de las personas que residen en la vivienda sin ninguna garantía legal. 

Problemas de mantenimiento

Sin un contrato que detalle las responsabilidades de mantenimiento, puede haber confusión sobre quién debe encargarse de las reparaciones y el mantenimiento regular de la vivienda. Esto puede dar lugar a negligencias que deterioran la calidad y el valor de la propiedad, así como conflictos sobre quién debe asumir los costes de dichas reparaciones. Además, el inquilino puede descuidar la propiedad si percibe que su estancia podría ser temporal.

Falta de transparencia en el pago

Otra complicación de no formalizar el alquiler con un contrato es la gestión de los pagos del alquiler. Sin un contrato, no hay un registro formal de los pagos efectuados, lo que podría llevar a disputas sobre si el alquiler ha sido pagado adecuadamente o no. Esto puede generar acusaciones infundadas y la posibilidad de que una de las partes intente aprovecharse de la otra, lo cual mina la confianza mutua y deteriora la relación entre inquilino y propietario.

Acceso a servicios

El inquilino podría enfrentarse a dificultades para acceder a servicios básicos como electricidad, agua y gas, ya que muchas compañías requieren un contrato de alquiler como prueba de residencia para realizar el contrato de servicio. Sin esta documentación, el proceso de alta puede complicarse o acabar siendo responsabilidad de los propietarios.

Multas y sanciones a propietarios y propietarias por no formalizar un contrato de alquiler

La legalidad actual prevé varias sanciones para propietarios y propietarias que alquilan viviendas sin contrato previo.  

Multas por incumplimiento legal

La legislación española establece multas para los propietarios y propietarias que no formalicen los contratos de alquiler. Según la Ley de Arrendamientos Urbanos, es obligatorio documentar por escrito el acuerdo de alquiler. La ausencia de este contrato expone al propietario a multas que pueden oscilar entre 3.000 y 30.000 €, dependiendo de la comunidad autónoma y la gravedad del incumplimiento. Estas sanciones pretenden asegurar la transparencia y la protección de todas las partes implicadas.

Responsabilidades tributarias

Además de las multas directas por no formalizar el contrato, los propietarios también se exponen a sanciones relacionadas con el incumplimiento de sus obligaciones fiscales. Al no registrar el contrato, la propietaria o el propietario puede estar omitiendo los ingresos por alquiler, lo que conlleva sanciones por evasión fiscal. Estas multas varían, pero pueden incluir el pago de los impuestos adeudados, más intereses y recargos, lo que puede incrementar significativamente el coste financiero para el propietario.

Inspecciones y controles

Las autoridades locales y autonómicas tienen la capacidad de realizar inspecciones y controles para detectar alquileres no declarados. Si se descubre que un propietario ha alquilado una propiedad sin el debido contrato, además de las multas, puede ser obligado a regularizar la situación de inmediato, lo que incluye la formalización del contrato y el ajuste de la situación fiscal correspondiente.

Dónde se entrega un contrato de alquiler una vez firmado

En España, el contrato de alquiler debe ser firmado tanto por los propietarios como por el inquilino o inquilinos, y aunque no es obligatorio, es recomendable registrar dicho contrato en el Registro de la Propiedad. Este registro proporciona una protección legal adicional, haciendo que el contrato sea visible a terceros, por ejemplo en caso de disputas. 

La entrega del contrato se realiza generalmente en persona o por medios electrónicos, y cada parte debe conservar una copia del mismo. Además, es aconsejable que el propietario notifique la existencia del contrato y de cualquier fianza asociada a la autoridad tributaria local, para cumplir con las obligaciones fiscales.

Finalmente, algunas Comunidades Autónomas pueden exigir la entrega de una copia en determinadas circunstancias, por ejemplo, si la fianza se entrega en sede pública.

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