Qué es un contrato de intermediación inmobiliaria y qué implica
Un contrato de intermediación inmobiliaria es un acuerdo legal, que puede ser favorable a los intereses de propietarios y propietarias en algunos casos, pero también puede implicar riesgos si no se lleva a cabo de manera conveniente.
A continuación, vamos a analizar las implicaciones de un contrato de intermediación inmobiliaria y algunos consejos para que puedas disponer de un contrato que proteja siempre tus intereses.
Qué es la intermediación inmobiliaria
La intermediación inmobiliaria es un servicio que implica actuar como intermediario entre dos partes en una transacción inmobiliaria: el comprador y el vendedor, o el inquilino y el arrendador. Este servicio es proporcionado por un agente inmobiliario.
Los servicios de intermediación inmobiliaria pueden abarcar una amplia variedad de tareas, incluyendo la valoración de propiedades, la comercialización de propiedades en venta o alquiler, la organización de visitas a propiedades, la negociación de condiciones y precios, y la facilitación de la documentación necesaria para completar la transacción.
Además, los agentes inmobiliarios tienen una red de contactos en la industria inmobiliaria, lo que puede ser útil para encontrar compradores o vendedores, organizar inspecciones de propiedades y obtener servicios legales y financieros necesarios para completar la transacción.
En la mayoría de los casos, el agente inmobiliario recibe una comisión por sus servicios, que generalmente es un porcentaje del precio de venta o alquiler de la propiedad, esta comisión se paga una vez que la transacción se ha completado con éxito.
La intermediación inmobiliaria, por tanto, es un servicio profesional que facilita las transacciones inmobiliarias, proporcionando asesoramiento y facilitando el proceso para ambas partes.
El contrato de intermediación inmobiliaria
Como hemos visto, un contrato de intermediación inmobiliaria es un acuerdo legal entre un vendedor o arrendador de una propiedad y un agente inmobiliario. En este contrato, el propietario de la propiedad (o su representante legal) otorga al agente el derecho de actuar como su intermediario para la venta o alquiler de la propiedad.
El contrato de intermediación inmobiliaria generalmente estipula lo siguiente:
- Descripción de la propiedad: El contrato debe describir la propiedad de manera clara y precisa. Esto puede incluir la dirección, el tamaño, la cantidad de habitaciones, y cualquier característica especial o única de la propiedad.
- Servicios proporcionados: El contrato detalla los servicios específicos que el agente proporcionará. Esto puede incluir la valoración de la propiedad, la comercialización de la propiedad, la organización de visitas, la negociación con posibles compradores o inquilinos y la facilitación del proceso de cierre, además de otros servicios especiales, que pueden incluirse en el contrato.
- Duración del contrato: La duración del contrato se especifica con una fecha de inicio y una fecha de finalización. Algunos contratos también pueden incluir una cláusula de renovación automática.
- Comisión del agente: El contrato especifica la comisión que el agente recibirá por sus servicios. Generalmente, esto se presenta como un porcentaje del precio de venta o alquiler de la propiedad. También se establece cuándo se pagará esta comisión (generalmente al cierre de la venta o alquiler de la propiedad).
- Exclusividad: El contrato puede estipular que el agente tiene los derechos exclusivos para vender o alquilar la propiedad, lo que significa que el propietario no puede contratar a otros agentes durante el período del contrato.
Es fundamental que tanto el agente como el propietario entiendan y acuerden los términos del contrato de intermediación inmobiliaria antes de firmarlo. Cuestiones como los plazos, el porcentaje de comisión o la exclusividad pueden suponer un perjuicio para propietarias y propietarios.
¿Se puede negociar un contrato de intermediación, o tengo que atenerme a lo que me ofrece la inmobiliaria?
Sí, puedes negociar un contrato inmobiliario. Al igual que en cualquier otro tipo de acuerdo comercial, los términos de un contrato inmobiliario no son inmutables y pueden ser objeto de negociación entre las partes involucradas, sin embargo, no siempre es fácil.
La negociación incluye aspectos como el precio de venta o alquiler, las condiciones de pago, la duración del contrato y otros términos y condiciones específicos del acuerdo. Si estás trabajando con una inmobiliaria, es complicado negociar el valor total de la comisión o los plazos.
En términos generales, una persona que dispone de una propiedad inmobiliaria y quiere venderla o alquilarla a través de una inmobiliaria, podrá proponer una serie de mejoras en su contrato de intermediación, pero no siempre es posible llegar a acuerdos en favor de propietarias y propietarios, especialmente en procesos que implican un alquiler.
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